terça-feira, 30 de novembro de 2010

“Necesitamos medios que cubran lo que sucede en el poder, no que lo encubran”

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Entrevista con Amy Goodman

Tiempo Argentino - Publicado el 20 de Noviembre de 2010

A su paso por la Argentina, la periodista que enfrenta a las corporaciones mediáticas de los Estados Unidos a través del programa radial Democracy Now!, dialogó con Tiempo Argentino sobre el papel de los medios en su país.

En pleno corazón del imperio estadounidense una mujer desafía a las grandes corporaciones mediáticas. Se llama Amy Goodman, es periodista, escritora, locutora y lidera 
Democracy Now! (Democracia ahora!), programa de radio que hoy se ha convertido en un movimiento cultural y político, dentro y fuera de los Estados Unidos. 

Desde una vieja estación de bomberos, convertida en planta transmisora, en la ciudad de Nueva York, Goodman habla a ese inmenso nicho que dejan desatendido los principales noticieros. 

Desde 1996 Democracy Now!, el informativo de guerra y paz, ha ido conquistando una audiencia que sigue diariamente sus emisiones con picos que han sobrepasado más de 3 millones de oyentes. Y ha conseguido articular una de las mayores redes de medios de comunicación pública de los Estados Unidos, llegando a más de 850 radios y canales de TV en el mundo. Se emite por Radio Pública Nacional, estaciones comunitarias y universitarias; canales de cable, PBS (televisión pública), televisión por satélite y como podcast por Internet, entre otros medios. 

Su versión en español cumple cinco años. Y se financia mediante contribuciones de espectadores y fundaciones, sin aceptar anunciantes ni donaciones de corporaciones o gobiernos. La periodista ha recibido el premio a su trayectoria Right Livelihood Award, conocido como “el Premio Nobel Alternativo" por su trabajo para desarrollar un modelo innovador de verdadero periodismo político independiente de base que acerca a millones de personas las voces que son excluidas de los grandes medios. 

No es casual que su presencia en Buenos Aires haya concitado la atención de jóvenes, periodistas, comunicadores o simples ciudadanos. La discusión en torno al papel de los medios en la sociedad argentina es hoy moneda corriente y ha dejado de ser una discusión corporativa o sólo para entendidos. Más aún, la comunicación alternativa es para nuestro país un fenómeno que continúa expandiéndose desde 1985 y que, como en el resto de Latinoamérica, está asociada a las principales luchas populares que se han dado a lo largo de la historia y que han enfrentado y enfrentan, entre otros factores de poder, el monopolio informativo.

Pero, ¿cómo se hace comunicación alternativa o contra hegemónica en medio del corazón del imperio? Ella lo hizo en el marco de los cinco años de Democracy Now! en español y participando en la Décima Conferencia Mundial de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias y en la sede de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, UTPBA, transmitida en vivo vía streaming para las radios y personas interesadas que no estuvieran en Buenos Aires. Tiempo Argentino entrevistó a esta mujer de 53 años, cuya osadía y pasión por el periodismo político se le nota hasta en el cuerpo.

– ¿Cuál es el principal desafío que enfrentas para quebrar la barrera del silencio en tu país?

– La amenaza más fuerte son los monopolios mediáticos hoy en los Estados Unidos. Esto limita la libertad de expresión y la posibilidad de una apertura para que se puedan escuchar todas las voces. Es en los medios de comunicación donde tenemos un debate con los demás. No podemos saber todo individualmente. Lo hacemos a través de los medios de comunicación. Es como si se tratara de la mesa de una cocina donde todos se sientan a su alrededor y, sin embargo, está controlada por unos pocos. Esos pocos determinan las decisiones que se toman, cuándo vamos a la guerra y cuándo no lo hacemos. Imagino la posibilidad de sentarnos todos a esa mesa que recorre el planeta, debatir y discutir los temas más importantes del día: la guerra y la paz, la vida y la muerte. Hacer menos perjudicial la situación de los hombres y mujeres en servicio, soldados de este país, que no pueden desarrollar estos debates en las bases militares y confían en nosotros, en la sociedad civil, para discutir y determinar si van a vivir o a morir, si serán enviados a asesinar, o si serán asesinados. Hacer menos que eso paraDemocracy Now! sería menoscabar a la sociedad democrática.

– Frente a la violencia simbólica, económica y militar de los Estados Unidos, ¿qué papel deberían cumplir los medios?
– Veo a los medios como la mayor fuerza para lograr la paz. No obstante, hoy se los usa para dar volumen a los tambores de la guerra. Estamos cansados de que se nos imponga como inevitable la masacre económica, y la violencia como modo de resolver los conflictos.

– Hablás de la necesidad de crear desde los medios una “estática crítica”, sería interesante que desarrolles un poco más esta idea…
– No hace mucho escribí junto a mi hermano David Goodman, también periodista, un libro que se llama Static (Estática). Lo nombramos así porque –aun cuando actualmente tenemos tecnologías digitales– seguimos sufriendo interferencias; velos que nos impiden percibir nítidamente la realidad. Es hora de crear esas herramientas globales que amplifiquen las perspectivas de las bases. Porque no somos una mayoría silenciosa. Somos una mayoría silenciada. La razón de por qué hemos escrito este libro es que a pesar de la tecnología todavía estamos enfrentando ruido en el aire. Distorsiones, mentiras, cosas que producen una falta de información en los medios y eso está causando confusión en la realidad misma. Lo que los medios, deberían darnos es estática en otro sentido: una estática crítica, que cuestione y a la vez produzca una interferencia no deseada sobre el discurso dominante. Necesitamos medios que cubran lo que sucede en el nivel del poder, no que encubran al poder. Necesitamos medios que sean el cuarto poder, y no parte del poder del Estado. Necesitamos medios que cubran a los movimientos que crean la estática y hacen historia. Con más canales que nunca, la falta de diversidad de opinión es estremecedora. La libertad de prensa está consagrada en la Constitución, sin embargo nuestros medios actúan en gran medida como megáfono de quienes están en el poder. Mientras enfrentamos crisis sin precedentes –desde el calentamiento global hasta las guerras mundiales y la crisis económica mundial–, también veo que hay una oportunidad de cambio sin precedentes.

- ¿Esa oportunidad de cambio pasa por brindar mayor información o por aportar nuevas categorías de comprensión de la realidad?
- En Estados Unidos hay muy poca cobertura sobre las realidades de la guerra. Si la gente pudiera ver lo que está pasando en la guerra a nivel de la realidad, si pudiera ver los infantes que están en la guerra, en Afganistán o Irak, si ven a mujeres sin piernas o mutiladas, a los aviones que atacan sin tripulación, a los soldados que están muriendo, la respuesta de la población a la guerra sería otra. Los estadounidenses tenemos mucha compasión…

– ¿La crisis económica de los Estados Unidos ha beneficiado la actitud crítica de la población estadounidense frente al discurso mediático belicista, cuyas corporaciones están asociadas, en algunos casos, a la industria de las armas?
– Sí, colabora. Pero debemos abrir espacios para tener debates auténticos, donde se presenten alternativas para que la gente pueda tomar decisiones.

– ¿Democracia Now! es una remake, en un contexto sustancialmente distinto, del movimiento que se generó en la década de 1960 contra la guerra de Vietnam?
– Intentamos ser un medio sin fronteras, salimos en 900 emisoras y también por Internet, nos escuchan millones de ciudadanos. Damos voces a todos los pueblos del mundo. Sentimos que no estamos enfrentando la guerra solos. En otros puntos del planeta también lo están haciendo. La pregunta es de qué lado del rifle estamos viendo la realidad. Cuando los Estados Unidos se muestran únicamente desde la perspectiva de las corporaciones es muy, pero muy peligroso, porque no representan la mayoría de la población del país y esto causa polarización con el resto del mundo. Nosotros lo vemos desde la perspectiva desde el que va a tirar el tiro en Afganistán, en Iraq, ahora en Pakistán, de los que tienen la experiencia de la guerra. Nuestro trabajo es ir adonde está el silencio, para que esas percepciones puedan juntarse. Es una cuestión de seguridad nacional, porque cuando vemos el mundo proyectado hacia el interior de nuestro país, desde la perspectiva de esas mismas corporaciones mediáticas,  nos pone en peligro. Por eso, Democracy Now! es más que un programa, es un movimiento. Un movimiento para la democracia mediática.

– Tu visita a la Argentina también incluyó la presentación de tu libro. 
– Mi hermano David es coautor de este libro. Hablamos de gente que no pretende buscar líos, pero cuando se meten con ellos, se defienden. Por ejemplo, los bibliotecarios de los Estados Unidos. Cuando el FBI llegó a las bibliotecas para pedirles información sobre qué están leyendo sus lectores, ellos decidieron proteger la privacidad de éstos. Los científicos también denunciaron la idea del gobierno de ir sacando de las páginas web las palabras referidas al calentamiento global y lucharon férreamente contra eso. Lo mismo ocurrió en algunas escuelas, donde los niños utilizaron las palabras de soldados, sus cartas para hacer una obra de teatro. Cuando se conoció la directiva de censurar esta expresión, los teatros de Broadway invitaron a los alumnos a hacer lo que cualquier actor sueña, presentarse en el escenario de un teatro. Otro ejemplo es el del doctor Steven Reisner y otros psicólogos, quienes conformaron la Coalición por una Psicología Ética en contra de la participación de miembros de la Asociación Estadounidense de Psicología en interrogatorios agresivos. Se oponen al uso de psicólogos para supervisar interrogatorios abusivos realizados a presos de Guantánamo, de las prisiones secretas de la CIA o de cualquier otro lugar donde se alegue que la Convención de Ginebra es irrelevante. También quiero citar el movimiento que en este momento rechaza la presentación del libro de memorias de George Bush (h). La gente se presenta donde está hablando y traslada sus libros al sector “crímenes” en las librerías.

– Estos “héroes anónimos”, ¿qué están demandando?
– Lo que veo es hambre de voces independientes. Nadie habría pensando que este programa, con sólo un docena de radios comunitarias, iba a tener tanto éxito. El interés de la juventud por aprender la historia de estos movimientos viene del hecho de la información que brindamos en nuestras coberturas. Los movimientos hoy no llegan a ser vistos por los medios corporativos, pero a pesar de esto, los jóvenes entienden lo que es auténtico cuando lo ven. Mi respuesta es a la prensa corporativa, y mi pregunta es por qué van a los supuestos expertos que no saben nada, que saben tan poco de tanto. Constantemente estamos escuchando al pequeño círculo de expertos de Washington. Y con eso pretenden explicarnos el mundo a nosotros. Es cierto que mucha gente ve la FOX o la CNN y piensa que se está informando. Pero muchos otros ya no dan crédito a lo que ven. La televisión en gran parte ofrece la versión del miedo, de la amenaza, de la catástrofe y de la oficialidad. Con tanta repetición y tanto melodrama, la gente se hace inmune a sus efectos. Hay mucha sed de información veraz en mi país y los medios han llegado a su máxima decadencia.

– ¿Y los periodistas?
– A esta altura ya no se trata de hacer un “llamamiento profesional”, sino de la necesidad espiritual de volvernos periodistas en serio. En una coyuntura como esta, decir la verdad equivale a salvar vida.

Fuente: tiempo.elargentino.com - Cortesía de Los Necios
Extraído de Honduras en Lucha

WikiLeaks: De que “diplomacia” afinal se trata, nos EUA?

29/11/2010, Norman Solomon, Commondreams

WikiLeaks: Demystifying “Diplomacy”

Traduzido pelo coletivo da Vila Vudu

  
Comparados aos telegramas secretos que WikiLeaks acaba de partilhar com o mundo, todas as declarações de autoridades ao público são meros exercícios de fazer-crer.

Em democracias, as pessoas têm direito de saber o que realmente o governo faz. Em pseudo-democracias, quaisquer contos de fadas narrados por autoridades e repetidos nos jornais e televisões dão para o gasto.

Fachadas ditas “diplomáticas” muitas vezes são apresentadas como se fossem fatos. Mas vez ou outra a máscara cai – para que o mundo inteiro veja –, o que acaba de acontecer nesse descomunal vazamento de telegramas do Departamento de Estado.

“Estados são entidades governadas por mentirosos”, observou I.F.Stone, jornalista independente. “Ninguém deve acreditar em mentirosos.” A extensão e a gravidade das mentiras variam de governo a governo – mas nenhum “pronunciamento” das capitais mundiais deve ser levado a sério.

Quanto aos EUA, o governo está em guerra há mais de nove anos, ainda sem data para terminar. Como o Pentágono, o Departamento de Estado só trabalha para atender os interesses do estado de guerra. Militares e diplomatas são peças móveis dessa mesma vasta máquina de guerra.

A guerra exige pesadíssimo escudo de meias mentiras, totais mentiras, mentiras desavergonhadas, falsidades. Com o esforço de guerra em plena arrancada, as contradições entre o que o público sabe e os objetivos jamais revelados – ou entre a retórica grandiloquente e as terríveis consequências humanas – não sobrevivem à luz do dia.

Detalhes de tenebrosas transações e alianças entre Washington e ditadores assassinos, tiranos corruptos, senhores-da-guerra, traficantes, estão entre os mais bem guardados desses quase-segredos. Praticamente tudo que a mídia publique pode ser manipulado ou descartado pelas autoridades, mas telegramas diplomáticos divulgados antes de baixar a poeira das últimas mortes são mais difíceis de ignorar.

Por causa da massiva dependência absoluta da força militar – o que resulta sempre em crescente carnificina e num rastro de luto e fúria, no Afeganistão, no Paquistão e por toda parte – o governo dos EUA tem buracos colossais entre o que contam os roteiros dos publicitários e de ‘relações públicas’ e as realidades da guerra e do fazer guerra.

O mesmo governo que dedica quantidades tremendas de recursos para continuar a empregar violência militar em distantes pontos do mundo é obrigado a zelar atentamente pela própria credibilidade e decência, no trato com o ‘público nacional’, conosco, os que vivemos nos EUA. Mas essa tarefa, que cabe essencialmente aos “Relações Públicas”, vai-se tornando cada vez mais difícil, quando acontece de documentos do próprio governo dos EUA continuarem vazando e vazando e, todos, com informações diferentes das que conhecemos por aqui.

Nenhum governo deseja encarar documentos reais de políticas reais, objetivos, prioridades, que contradigam frontalmente todos os protestos de alta virtude do próprio governo. Em sociedades nas quais se respeitem as liberdades democráticas, os governos que mais têm a temer de vazamentos reveladores são os que mais e por mais tempo tenham mentido aos seus próprios cidadãos.

Os recentes vazamentos de WikiLeaks são especialmente terríveis, por causa dos contrastes extremos que se vêem entre o que os representantes dos EUA dizem aos cidadãos norte-americanos e o que realmente fazem. Estranhamente, a reação padrão daqueles representantes e governantes dos EUA é culpar quem divulgou os fatos.

“Condenamos nos termos mais vigorosos a distribuição não autorizada de documentos secretos e informação sensível de nossa segurança nacional” – disse a Casa Branca no domingo.

E o senador Joseph Lieberman denunciou “ação vergonhosa, ignóbil, desprezível, que reduz a capacidade de nosso governo e de nossos parceiros trabalharmos juntos para defender nossos interesses vitais”. Para garantir, também escreveu pelo Twitter: “A divulgação deliberada dos telegramas, por WL, é nada menos que ataque direto à segurança nacional dos EUA”.

Mas... que tipo de “segurança nacional” se pode esperar, construída de tantas mentiras? Que segurança alguma nação poderia obter, de governo que é desmentido e desacreditado por documentos que ele mesmo escreve, assina, depacha e lê?

*Norman Solomon é jornalista, escritor e historiador. Trabalha hoje na Commission on a Green New Deal for the North Bay.

Depois de WikiLeaks: O que pensa a opinião pública árabe?

29/11/2010, Lamis Andoni, Al-Jazeera, Qatar
Traduzido pelo Coletivo da Vila Vudu

Andoni argumenta que os líderes árabes temem o Irã como uma potencial influência sobre os seus cidadãos 
[GALLO / Getty]

“Arquivos Diplomáticos” de WikiLeaks expõem a grande distância que separa os líderes e a opinião pública no mundo árabe 

A maioria dos líderes árabes quer que os EUA os livrem do Irã, mesmo que ao preço de uma guerra contra a República Islâmica, mas não o dizem publicamente porque temem a reação da opinião pública em seus países.

Os telegramas secretos dos diplomatas dos EUA em todo o Oriente Médio, vazados no fim de semana pela organização WikiLeaks, mostram vários líderes árabes enfraquecidos e assustados, que dependem da proteção dos EUA contra a ameaça potencial de o Irã ter armas atômicas e influenciar todo o mundo árabe.

Embora a hostilidade de líderes árabes contra o Irã não seja segredo, os documentos publicados por vários jornais ocidentais mostram que, para muitos governos árabes, o Irã parece ser problema maior que Israel.

Se Israel é vista como inimigo que rouba terras árabes, mata palestinos e pode causar instabilidade na Região, o Irã é visto como país e governo capazes de mobilizar a opinião pública árabe contra seus atuais governantes.

Nos contatos com diplomatas norte-americanos, líderes árabes referem-se ao Irã como “uma serpente”, “o mal”, “um polvo cujos tentáculos têm de ser cortados” – mas são extraordinariamente mais comedidos quando, nesses contatos diplomáticos, discute-se Israel.

Os “emirados” iranianos

O medo de que o Irã consiga inflar as divisões internas e fomentar ações de resistência popular em vários países brota de dois pontos; primeiro, o papel do Irã na luta contra Israel, sobretudo pelo apoio que os iranianos dão ao Hezbollah e ao Hamas; em segundo lugar, a influência do Irã nas comunidades xiitas em vários estados do Golfo.

Como se lê nos documentos agora revelados, vários líderes árabes mostram-se inseguros e sem qualquer confiança em meios próprios, quando manifestam a preocupação de que qualquer relacionamento [ing. engajement] que os EUA estabeleçam com o Irã só fará aumentar a “ameaça iraniana” e levará a uma situação na qual os EUA acabarão obrigados a deter o Irã “custe o que custar”. O mais surpreendente é que alguns funcionários árabes parecem realmente acreditar que o custo, em termos da instabilidade regional, de uma guerra contra o Irã, poderia ser menor que o preço que alguns governos pagarão se “o Irã não for parado imediatamente”. 

“Ou borbardeiam o Irã, ou convivam com a bomba iraniana. Sanções e incentivos-cenoura nada alterarão”, lê-se num dos telegramas, citando frase de Zaid Al Rifai, presidente do Senado (da Jordânia) e pai do atual primeiro-ministro da Jordânia. Embora Rifai – o telegrama continua – entenda que um ataque militar teria “impacto catastrófico na região”, ele ao mesmo tempo entende que impedir que o Irã adquira armas nucleares implica vantagens que contrabalançam o risco de instabilidade.

Apesar de os líderes árabes mostrarem-se muito mais preocupados com um Irã nuclear do que com uma Israel nuclear, é difícil comparar as posições, porque praticamente não há qualquer manifestação de líder árabe sobre Israel nos documentos publicados até agora. Essa dissimetria levantou suspeitas no mundo árabe, de que os vazamentos visassem a pressionar os líderes árabes a alinhar-se com Israel, contra o Irã. 

Fato que vários comentaristas árabes anotaram é que, embora os documentos revelem líderes árabes mais obcecados contra o Irã do que contra Israel, não há qualquer referência, em nenhum telegrama, de que algum líder árabe se tenha jamais manifestado favorável a um pacto com Israel, contra o Irã.

Seja como for, e ainda sem certeza sobre a natureza desses vazamentos, o quadro que emerge até agora é de líderes árabes fracos, a mercê dos EUA e implorando a proteção do Tio Sam.

Os documentos revelam que especialmente os líderes do Golfo temem que o Irã use sua influência sobre as massas xiitas e em apoio ao Hamás e ao Hezbollah, para estabelecer bases populares firmes em outros países árabes. Um dos líderes dos Emirados Árabes Unidos disse, conforme relato de diplomata dos EUA ao seu governo, que “o Irã está criando “,emirados” em todo o mundo muçulmano, inclusive no sul do Líbano e em Gaza, ‘emirados’ latentes no Kuwait, no Bahrain e na província leste da Arábia Saudita, a mãe de todos os “emirados” no sul do Iraque, e agora em Saada [Iêmen]”.

Em termos gerais, é como se ninguém estivesse realmente preocupado com a possibilidade de o Irã vir a usar armas atômicas – que todos sabem que o Irã ainda não tem. – O que realmente parece assustar os líderes árabes é que a capacidade nuclear que o Irã já tem e pode continuar a acumular venha a fazer da República Islâmica “uma superpotência na região”.

O que nenhum documento mostra é a pressão que os EUA exercem sobre os governos árabes para que tomem medidas contra o Irã. Ao excluir essa informação, os documentos mostram um retrato distorcido dos EUA, que aparecem nos telegramas como se continuassem a favorecer algum “contato diplomático” [ing. engagement], e só os árabes exigissem o emprego de força militar contra o Irã.

A superpotência regional 

A verdade pode ser mais complexa do que os documentos vazados sugerem, porque os líderes árabes são vulneráveis à pressão norte-americana. Parece evidente – como funcionários do governo da Jordânia disseram bem claramente – que muitos dos governos árabes pró-Ocidente temem muito qualquer “acordo” ou “entendimento” que venha a ocorrer entre iranianos e norte-americanos, à custa de árabes aliados dos EUA. Na raiz desse sentimento há a preocupação de que os EUA acabem por aceitar o Irã como principal potência regional e que, adiante, os EUA também venham a apoiar levantes populares apoiados pelo Irã dentro de outros Estados árabes.

Estados do Golfo, como Bahrain, Kuwait e Arábia Saudita temem que suas comunidades xiitas, com apoio do Irã, levantem-se contra os respectivos monarcas governantes; e Jordânia e Egito temem que o Irã apóie a Fraternidade Muçulmana (sunita) ou que, no mínimo, apóie a radicalização de movimentos populares no mundo árabe – sobretudo, em todos os casos, porque não parece haver solução à vista para a questão palestina.

Os telegramas vazados não bastam para pintar um quadro completo, mas revelam muito claramente a distância que separa os líderes políticos e as populações, em todo o mundo árabe.

O medo de que o Irã influencie as massas é, em larga medida, resultado de prosseguir a ocupação israelense de terras palestinas, e de não se ver qualquer avanço nas negociações entre árabes e israelenses. O apoio do Irã ao Hamás e, muito mais, ao Hezbollah – único grupo de resistência no mundo árabe que conseguiu forçar a retirada de israelenses que ocupavam terra árabe – põe vários governantes árabes em posição difícil, porque expõe o quanto são impotentes no confronto direto com Israel.

O que se lê agora nos documentos diplomáticos vazados por WikiLeaks enfraquecem ainda mais a imagem de líderes árabes ante a opinião pública no mundo árabe, o que torna ainda mais difícil para esses líderes pregarem publicamente a ideia de ataque militar ao Irã. Apesar de alguns dos medos que os líderes árabes manifestam aparecerem também em alguns segmentos da população, nenhum alto funcionário ou governante de país árabe, hoje, se atreveria a apontar publicamente o Irã, não Israel, como inimigo. Talvez o fizessem, sim, mas por pressão dos EUA e, mesmo assim, só em reunião secreta com diplomatas-espiões dos EUA e longe dos ouvidos da opinião pública.

Confirmado: Se depender dos EUA, todas as injustiças estão liberadas, no Oriente Médio

30/11/2010, Robert Fisk, The Independent, UK

Now we know. America really doesn't care about injustice in the Middle East.

Traduzido pelo Coletivo da Vila Vudu


Muslim pilgrims pray at Mount Arafat, near the Saudi holy city of Mecca
Peregrinos muçulmanos rezam no Monte Arafat, perto da cidade sagrada de Meca, Arábia Saudita

Aproximei-me desconfiadíssimo, do mais recente rumoroso episódio diplomático. E ontem, depois das eleições no Cairo – as eleições parlamentares egípcias foram, como sempre, mistura de farsa e fraude, o que, afinal de contas, sempre é melhor que choque e horror – mergulhei nos milhares de telegramas diplomáticos norte-americanos, sem absolutamente qualquer esperança. Como disse o presidente Hosni Mubarak, e lê-se num dos telegramas, “vocês sabem esquecer a tal de democracia”.  

Não que os diplomatas dos EUA não entendam o Oriente Médio; é que eles já não sabem ver a injustiça. Quantidade imensa de literatura diplomática prova que o pilar da política dos EUA para o Oriente Médio é o alinhamento com Israel, que seu principal objetivo é encorajar os árabes a unir-se à aliança EUA-Israel contra o Irã, que a bússola da política dos EUA é a necessidade de domar/minar/esmagar/oprimir e, por fim, destruir o Irã.

Não vazou praticamente (pelo menos até agora) nenhuma referência às colônias israelenses ilegais exclusivas para judeus na Cisjordânia, nem aos ‘postos de controle’ israelenses, aos colonos israelenses extremistas, cujas casas pintam como cicatrizes de varíola toda a Cisjordânia palestina ocupada – ao vasto sistema ilegal de roubo de terra que é o coração da guerra Israel-palestinos. O que se vê mais, por incrível que pareça, são os mais variados espécimes de importantes diplomatas norte-americanos acocorados e rendidos ante as exigências de Israel – vários deles visivelmente apoiadores ardentes de Israel. É como se os chefes do Mossad e os agentes militares de inteligência de Israel obrigassem os padrinhos ouvir e decorar as instruções dos apadrinhados.

Há maravilhosa passagem nos telegramas, quando o primeiro-ministro de Israel Benjamin Netanyahu explica a uma delegação do Congresso dos EUA, dia 28/4/2009, que “Estado palestino, só se for desmilitarizado, sem controle sobre o espaço aéreo e campo eletromagnético [sic], sem poder assinar tratados nem controlar fronteiras”. Assim sendo, adeus ao Estado palestino “viável” (palavra de Lord Blair de Isfahan) que todos supostamente desejamos. Não há registro nos telegramas de que os rapazes e moças deputados e senadores dos EUA e que lá ouviam Netanyahu tenham discordado.

Em vez disso, o The New York Times procurou as melhores frases. Eis o rei Abdullah da Arábia Saudita, por seu embaixador em Washington (sempre amigo da imprensa), dizendo que Abdullah crê que os EUA devem “cortar a cabeça da serpente” – onde, em “a serpente”, leia-se “o Irã” ou “Ahmadinejad” ou “as instalações nucleares do Irã” ou qualquer um desses itens ou todos.

Mas os sauditas vivem ameaçando cortar a cabeça de serpentes. Em 1982, Yasser Arafat disse que deceparia o braço esquerdo de Israel (depois que Israel invadiu o Líbano) e o então primeiro-ministro de Israel Menachem Begin respondeu que deceparia o braço direito de Arafat. Acho que quando somos informados – como, desgraçadamente, agora, por WikiLeaks – de que candidatos a visto norte-americano, mas que os EUA não queiram por perto, são chamados pelos diplomatas dos EUA de “víboras do visto” [ing. visa vipers], a única conclusão a que podemos chegar é que cresce em todo o mundo a demanda por ofídios.

O problema é que, por décadas, os potentados do Oriente Médio ameaçam decepar cabeças de cobras, serpentes, ratos e insetos iranianos – esses últimos preferidos de Saddam Hussein, que usou “inseticida” fornecido pelos EUA para a matança como bem se sabe –, enquanto os líderes israelenses chamaram os palestinos de “baratas” (Rafael Eitan), “crocodilos” (Ehud Barak) e “bestas de três patas” (Begin).

Tenho de confessar que gargalhei, de chorar de rir, ante um telegrama de diplomata dos EUA, em tom solene-ridículo, reportando do Bahrain, que o rei Hamad – ou “Sua Alteza Suprema Rei Hamad”, como faz questão de ser chamado, em sua ditadura de maioria xiita em reino pouco maior que a ilha de Wight – havia declarado que o perigo de deixar prosseguir o programa nuclear iraniano era “maior que o perigo de fazê-lo parar”.

O maravilhoso jornalista palestino Marwan Bishara acertou ao dizer, no fim-de-semana, que esses papéis diplomáticos dos EUA são mais interessantes para estudos antropológicos, que para estudos políticos; porque são documento de uma perversão do pensamento ocidental sobre o Oriente Médio. Se o rei Abdullah (versão saudita em ruínas, em oposição à versão Reizinho Valente da Jordânia) realmente chamou Ahmadinejad de Hitler, se o conselheiro de Sarkozy chamou o Irã de “Estado fascista”, então se prova, apenas, que o departamento de Estado dos EUA continua obcecado com a II Guerra Mundial.

Adorei o espantoso relato de alguém que visitou a embaixada dos EUA em Ancara e contou aos diplomatas que o Líder Supremo do Irã Ali Khamenei sofria de leucemia e estava à morte. Não porque o pobre velho sofra de câncer – é mentira – mas porque é o mesmo tipo de descalabro sobre líderes do Oriente Médio recalcitrantes que se vê há muitos anos. Lembro de quando “fontes diplomáticas” norte-americanas ou britânicas inventaram que Gaddafi estaria morrendo de câncer, que Khomeini estaria morrendo de câncer (muito antes de ele morrer), que o matador de aluguel Abu Nidal estaria morrendo de câncer 20 anos antes de ser assassinado por Saddam. Até na Irlanda do Norte um miolo-mole britânico contou-nos que o líder protestante William Craig estaria morrendo de câncer. Claro que Craig sobreviveu, como o horrível Gaddafi, cuja enfermeira ucraniana é descrita nos documentos dos EUA como “voluptuosa”, o que ela é. Mas haverá alguma dama loura não “voluptuosa”, nesse tipo de novelão?

Uma das reflexões mais interessantes – atentamente ignorada pela maioria dos jornais pro-WikiLeaks de ontem – aparece no relato de encontro entre uma delegação do Senado dos EUA e o presidente Bashar Assad da Síria, no início de 2010. Os EUA, disse Assad aos visitantes, possuem “gigantesco aparato de informação”, mas fracassam ao analisar essa informação. “Nós não temos as habilidades que os senhores têm”, disse em tom sinistro, mas “somos bem-sucedidos no combate aos extremistas porque contamos com melhores analistas. (...) Nos EUA vocês gostam de fuzilar [terroristas]. Sufocar as redes deles dá melhor resultado”. O Irã, concluiu Assad, era o mais importante país da região, seguido da Turquia e – número três – a Síria. O coitado velho Israel nem aparece no retrovisor.

Evidentemente, o presidente Hamid Karzai do Afeganistão é “movido à paranóia” – como todos os habitantes daquela terra, inclusive quase toda a OTAN e, sobretudo, os EUA – e naturalmente o presidente do Iêmen mente ao próprio povo que está matando representantes da al-Qa'ida, quando todos o mundo sabe que os verdadeiros culpados são os guerreiros do general David Petraeus. Líderes muçulmanos não fazem outra coisa além de mentir que as proezas militares dos EUA contra outros muçulmanos são proezas deles, não ‘nossas’.

Claro, não se pode ser tão cínico. Gostei muito do telegrama diplomático dos EUA (do Cairo, claro, não de Telavive) no qual se lê que Netanyahu seria “elegante e sedutor (...) mas nunca cumpre o que promete”. Ora! Não se aplica também a metade dos líderes árabes?

E assim chegamos ao apimentado e assustador relato de encontro entre Andrew Shapiro, “Secretário Assistente de Estado do Gabinete Político-militar dos EUA” e espiões israelenses há quase exatamente um ano. Israel não pode proteger seus Cessna Caravan e Raven aviões-robôs não pilotados no sul do Líbano, reconheceu o Mossad (o Hezbollah deve ao Mossad essa preciosa informação). Um coronel israelense “J5”, coronel Shimon Arad gorjeia sobre os perigos do “Hezbollahstão” e do “Hamastão” e sobre “o impasse político interno” no Líbano – naquele momento não havia; agora, há – e sobre o Líbano como “arena militar volátil” e a “suscetibilidade do Líbano a influências externas, inclusive da Síria, do Irã e da Arábia Saudita”.  

E – claro, apesar de o coronel Arad não ter falado sobre isso – também suscetível à influência de norte-americanos, israelenses, franceses, britânicos, além, também de o Líbano também ser suscetível à influência dos turcos. Shapiro “citou a necessidade de oferecer alternativa ao Hezbollah” – talvez... os policiais da Costa Rica? – e sugeriu que o exército libanês poderia defender o Hezbollah (improvável, nas atuais circunstâncias).

Há uma inestimável rejeição-negação do relatório Goldstone da ONU sobre as atrocidades em Gaza em 2008-09, pelo major-general da reserva Amos Gilad, que diz que os documentos em que se critica Israel são “sem fundamento, porque os militares israelenses fizeram 300 mil chamadas telefônicas para as residências em Gaza antes dos ataques aéreos (...) para evitar baixas entre os civis.” O infeliz, pobre Shapiro, dado que o telegrama não registra resposta dele, manteve-se em silêncio. Teria sido apenas uma, de cada cinco famílias palestinas, avisadas por telefone, se se considera a população palestina total de Gaza, crianças, bebês, todos. E mesmo assim os israelenses mataram 1.300 palestinos, a maioria dos quais civis. Claro que a Autoridade Palestina do insípido Mahmoud Abbas não quis assumir esse campo de morticínio depois que os israelenses venceram – como Israel propôs-lhe, com aprovação dos EUA – porque Israel não venceu em Gaza. Sequer conseguiram localizar nos túneis de Gaza o soldado israelense que o Hamás mantém preso há anos.

Há momento simbólico quando o Xeque Mohamed bin Zayed al-Nahyan de Abu Dhabi – sem comparação possível com o personagem “distante e sem carisma” de seu irmão Califa – preocupa-se com o Irã na presença do embaixador dos EUA Richard Olsen o qual, então, comenta que o Xeque “manifesta visão estratégica sobre a Região curiosamente semelhante à visão israelense”. Mas é claro que manifesta! São idênticos. Todos rezam em suas mesquitas de ouro, reis e emires e generais, comprando mais e mais armas dos EUA para protegerem-se contra “o Hitler” de Teerã – melhor Hitler, acho eu, que o Hitler do Tigre em 2003, que o Hitler do Nilo de 1956 – e praza a Deus Todo Poderoso que sejam salvos pelos santificados EUA e Israel.

Fico, em suspense, à espera do próximo capítulo dessa fantasia-farsa.

Fala sério: todo aquele espetáculo de guerra foi só para hastear a bandeira no topo do Alemão?

Foi competente a operação que não prendeu quase ninguém e não achou o paiol do tráfico?
Por Pedro Porfírio

“A ocupação do Alemão foi preocupadamente tranquila”
Delegado Marcus Vinicius Braga, do Comando da Operação.

De malas prontas para um trabalho fora do Brasil, não teria tempo para voltar ao assunto dessa “Batalha do Rio”, com semelhanças da “Batalha de Itararé”, se não fosse pelo oba-oba orquestrado, disseminado para fazer crer que vivemos um domingo histórico, tão marcante que o prefeito Eduardo Paes, figura absolutamente omissa nesses dias tensos, anunciou um decreto de “refundação da cidade de São Sebastião do Rio de Janeiro no último dia 28 de novembro”.

Um amigo me disse ao telefone: “... hoje me sinto mais brasileiro”. Um leitor me escreveu, perguntando: “... depois da ação - perfeita - da polícia, o que mais você vai falar?”. A grande mídia não perdeu a oportunidade de fazer sua própria festa, mostrando os seus heróis, que estiveram no “teatro de guerra” com treinamento prestado por empresa internacional de segurança e sob a proteção da coalizão formada entre tropas do Estado e das Forças Armadas, muitos destes com experiência no combate aos bandidos do Haiti.

Ao que me perguntou, repliquei com a pergunta que faço a todos: e aquele monte de bandidos - 700, estimavam - o que foi feito deles? Todo aquele aparato foi para entrar no Morro do Alemão e hastear as bandeiras do Brasil e do Estado do Rio, ou para pegar os malfeitores que tanto medo disseminaram com suas ações incendiárias insólitas e desafiadoras, além dos males maiores que vêm causando à segurança dos cidadãos?

Libertaram o "Alemão"? Não diga...
Libertaram o Morro do Alemão? Não diga. Eu não sabia que aquele complexo, onde o governo está gastando mais de R$ 500 milhões só para implantar um teleférico que ninguém de lá pediu estava sob governo do "poder paralelo". E nas várias vezes que o presidente Lula e o governador Cabral estiveram lá para inaugurar algumas obras, como isso aconteceu? Tiveram de pedir autorização ao tráfico?

Então quer dizer que estavam gastando nossa grana na área por ser “libertada”? Como, aliás, estão gastando na Rocinha, Manguinhos e outras ainda não tomadas pelas forças policiais.

Menos. Menos, rapaziada. Vamos devagar com o andor que o santo é de barro.

Secretário Municipal de Desenvolvimento Social por duas vezes, conheço o Complexo do Alemão muito bem. Como conheço, aliás, por dever de ofício, quase todos os antigos “parques proletários”, denominação oficial dada às favelas antes de 1964.

Vou falar mais dessas áreas a seguir, ou em outra oportunidade, mas antes, com meu “feeling” de meio século de jornalismo, posso dizer que nessa história toda tem truta. E truta das grandes.

E se tiver havido um acordo?
Tenho minhas razões para acreditar que o passeio dominical das forças de segurança aconteceu como resultado de uma certa negociação. Isso mesmo. Não posso afirmar categoricamente, é claro, porque não tenho provas. Porque tudo deve ter acontecido no sapatinho, com a devida discrição que o caso impunha.

Essa idéia me ocorreu logo ao meio dia de sábado, quando José Junior, coordenador do grupo Afro Reggae subiu ao morro, pela Estrada do Itararé, juntamente com outros quatro parceiros, em missão estimulada pelo governo do Estado. 

Àquela altura, na hora do almoço, o comandante geral da PM, coronel Mário Sérgio Duarte, em tom marcial, já havia formalizado seu ultimato, retransmitido ao vivo e a cores para todo o mundo, determinando que todos os traficantes descessem em fila indiana, com as mãos na cabeça, porque o morro seria invadido a qualquer momento. Do contrário, não teria como garantir a integridade de ninguém. Nem dos bandidos, nem dos moradores. 

Nesse emocionado comunicado, o coronel lembrou que contava com apoio das forças de terra, ar e mar (quer dizer, com os fuzileiros e seus tanques de guerra capazes de transpor qualquer obstáculo).

Não precisa ser especialista em segurança ou coisa que o valha para saber que só havia uma condição para a polícia entrar na área “dominada” com possibilidade de fazer prisões: até às sete da noite daquele sábado claro, quando as atenções do Brasil estavam concentradas no aparato montado, que postava tropas e tanques por todos os acessos do Complexo, nos bairros de Olaria, Ramos, Bonsucesso, Inhaúma e Penha.

O coronel mordeu a língua e ficou no blefe. Ou, então, fez a sua parte no acordo possível, que estou apenas especulando, com base no método da “sintomatologia da informação”.

Como na fuga filmada ao vivo 
Ao cair da tarde, a situação ficou mamão com açúcar para todos os bandidos. Assim como mais de 300 que estavam na Vila Cruzeiro tomaram um caminho pouco conhecido em direção ao Alemão, percorrendo a pé mais de 10 quilômetros com direito à filmagem do seu passo-a-passo, sem interceptação policial, o grosso da "tropa inimiga" ficou à vontade para planejar sua evacuação, evitando o confronto para o qual nunca esteve preparada.

Bandido não está aí para conflitos cinematográficos. Não tem compromisso com nada, a não ser com sua vida perigosa, que é de pouca duração, mas permite alguns momentos com o rei na barriga.

Mais uma farsa do que uma caça 
Mas as autoridades, que conviveram com esses bandidos por todo esse tempo, garantindo, inclusive, por “consenso” a realização das obras financiadas pelo PAC, estavam mais para uma farsa do que para a “caçada implacável” prometida pelas vozes flamejantes em busca dos seus minutos de celebridade.

Não foi difícil para aquele quase milhar de foras da lei dar o fora em busca de outros refúgios ou até mesmo homiziar-se em alguns lugares dentro do próprio complexo. A intenção da coalizão repressiva não era também a do confronto, da captura. Isso já tinha ficado claro e evidente na fuga da Vila Cruzeiro, transmitida ao mundo pelo helicóptero da Globo, que mostrou a marcha de centenas de marginais sem um policial em seu encalço, sem ninguém para proceder a interceptação, em plena luz do dia, no acesso ao Alemão, provavelmente pela estrada da pedreira, que fica na Penha.

Com a entrada “triunfal” na manhã de domingo, sem uma baixa a lamentar, sem achar o paiol dos 3 mil fuzis calculados pelos "especialistas", sem prender quase ninguém, embora exibindo grande quantidade de maconha deixada pelos traficantes, as forças militares e policiais precisavam de um "marketing" de vitória histórica, algo que levasse o prefeito ao extremo de proclamar a refundação da cidade.

E junto com todo o espetáculo consagrador, as informações de que os procurados estavam recorrendo a redes de esgoto para escapulirem. 

Para variar, tomando dinheiro do trabalhador
Isso tudo encheu os olhos de uma população atordoado, amedrontada, que agora começa a ficar sabendo de certas peripécias: graças a um fotógrafo do CORREIO BRAZILIENSE, a própria Rede Globo   revelou uma faceta desses heróis: alguns policiais invadiram a casa de um trabalhador e levaram R$ 31.000,00 que ele havia recebido numa rescisão de contrato de trabalho, como provou com farta documentação.

Abrindo caminho para a volta da milícia
Finalmente, vale falar aqui de duas coisas: da possibilidade da polícia estar abrindo caminho para uma “milícia”, que não seria estranha na área. Até 1988, pelo menos na área da Nova Brasília, que dá acesso à Avenida Itaoca, havia uma espécie de “mineira”, em choque com os bandidos da Grota. Depois da morte de um sargento conhecido como “Diabo Louro”, era comandada pelo “Tião Bundinha”, que foi assassinado pelo Betinho, seu lugar-tenente, morto depois, sob suspeita de fazer jogo duplo, quando o "Orlando Jogador" resolveu tomar todo o Complexo. Nessa época também, mataram o sargento Pereira, que controlava o tráfico e a mineira na Fazendinha, tendo sido nomeado administrador regional do Complexo no primeiro governo Cesar Maia. 

Suplente de vereador pelo PSDB, embora com pouco mais de 4 mil votos, deu o maior trabalho à Câmara Municipal, porque não apareceu para assumir, quando Roberto Dinamite foi eleito deputado estadual. Seu corpo foi cremado no “microonda”, o mesmo que um dia vitimou o jornalista Tim Lopes.

A outra coisa é a quantidade de cartazes de políticos ainda na comunidade. Ao contrário de outras favelas, desde a época do Pereira, ninguém subia o morro sem negociar uma grana com os seus “donos”. Será que vão investigar ligações de políticos com os “donos do morro” agora “libertado”?

A TOMADA DE MONTE CASTELO ou A BATALHA DE ITARARÉ?

Complexo do Alemão - Traçado do Teleférico

*José Flávio Abelha

Toda a mídia brasileira, com as exceções de praxe (pouquíssimas) levou o brasileiro às raias de um surto coletivo com o pânico que esparramou, via satélite, urbe et orbi.

Espalhou o pânico no país em tal grau que o Brasil parou neste fim de semana, de sábado para domingo, para assistir à versão nova em cores da “Tomada de Monte Castelo”.

O pânico se espalhou de tal forma que, nos distritos mais longínquos, as pessoas não saíram de casa, algumas, nem as janelas abriram, com medo de bala perdida.

A invasão do chamado Complexo do Alemão era uma espécie de versão com efeitos especiais do episódio italiano de Monte Castelo.

Na manhã de sábado recebi um telefonema da minha mulher que estava em Belo Horizonte, implorando para que eu não saísse da nossa casa aqui em Niterói. Perguntou-me sobre o tempo e eu informei que o céu era de brigadeiro, azul maravilhoso. Sol de rebentar mamona e o pessoal nas praias. Mas eu teria de ficar em casa ante o perigo do conflito iminente.

Disse-lhe não era possível atender ao seu pedido. Eu estava de carro, na Linha Amarela, rumo ao Rio Centro para visitar a Feira da Providência.

O telefone ficou mudo. Acho que minha mulher desmaiou.

À noitinha, fui buscá-la do Santos Dummont, ambos tranqüilos, eu e o aeroporto. E tranqüilos, eu e minha mulher, rumamos para Piratininga enfrentando o trânsito caótico com tanta gente voltando da região oceânica depois de um dia de praia.

Resumo da ópera que a mídia desejava, a anunciada Tomada de Monte Castelo, com a carnificina que os nossos comunicadores anunciavam, frustrou-se.

E o que se viu foi repetição da famosa Batalha de Itararé.

Em 1930 as tropas de Vargas não foram molestadas e, agora, as tropas das gloriosas Forças Armadas repetiram o ocorrido na naquela época.

O arsenal da bandidagem, tão decantado pela mídia, foi esquecido na retirada humilhante, afinal, o recado aos chefões do tráfico fora muito claro pelos comandantes das três armas: da aeronáutica, nossos helicópteros estão armados com foguetes, mas não vamos dispará-los, da marinha, nossos tanques que rodam sobre lagartas e passam por cima de qualquer obstáculo servem para uma cobertura às forças policiais estaduais, e do exército surgiu o recado unificador e alertador: nossos homens estão portando armas de guerra, mas somente serão disparadas se formos atacados.

E o conjunto de forças, de mãos dadas, sitiou e depois entrou naquele território que era a casa do diabo: o Complexo do Alemão.

Enquanto isso o carioca estava curtindo um céu azul maravilhoso, um sol escaldante e um mar calmo. Praias lotadas contrastando com o resto, a maior parte, do Brasil, apavorado, assustado, em pânico provocado pela nossa eficiente, competente e ética mídia.

Desta ameaça midiática de uma carnificina surgiram pontos que eu já andei indicando em um pequeno texto sobre os parafusos bambos da máquina chamada Brasil.

Seria bom que, passada a Batalha de Itararé, nossos homens públicos refletissem mais antes de se pronunciarem.

Uma alta autoridade judiciária mandou dizer ao Brasil que "ainda existem juízes em Berlim"... E no Rio de Janeiro também e, pela primeira vez, decretou a prisão de intocáveis advogados, os pombos-correios, os parafusos bambos.

A vaidade andou campeando ao ponto de um líder comunitário criticar as UPP's como se elas fossem a salvação da lavoura. Não são não. Elas são a abertura da estrada que vai levar a paz e a presença do Estado aos morros dominados por marginais de alta periculosidade.

A finalidade é, tão somente, ganhar terreno.

Elas são os pára-quedistas que primeiro saltaram no planalto central para fazer uma clareira onde avionetas, os teco-tecos, pudessem levar as primeiras ferramentas para a construção de uma pista de pouco maior. Nesta, desciam os Douglas transportando pequenos tratores e, quatro anos depois, nascia Brasília, o sonho de Dom Bosco e do Presidente Juscelino.

Não fosse o cientista Sérgio Besserman Vianna explicar as verdadeiras funções das UPP's e o vaidoso líder, com uma pontinha de inveja por não ter dado palpites na engenharia dessa salvação da lavoura que o próprio Besserman havia ajudado a desenhar, teria azedado a entrevista global. De qualquer forma, saiu mal na foto.

O secretário Beltrame, com o seu ímpeto gauchesco declarou histórica a colaboração da Marinha e informou que o Exército não se pronunciara.

Nunca ouvi falar que cumprir o dever é um gesto histórico.

A resposta veio no ato, dada pelo Comandante, dizendo que não lhe fora pedido nada. De imediato o governador pediu ajuda e o Presidente Lula determinou que o Ministro da Defesa fornecesse o necessário ao governador.

Corre, agora, o Secretário Bletrame o desprazer de ver um afoito vereador propor mais um feriado para marcar o "histórico" dia.

A OAB, diante da descoberta dos pombos-correios, apenas disse serem necessárias mais provas, ao contrário de dizer que está certo quem mandou prender seus associados, pois são fora-da-lei, porém, o esprit de corps falou mais alto.

As ONG's caladinhas, não tugindo nem mugindo.

Dizem, hoje, que associações na Rocinha estão com medo de uma futura invasão das forças do Bem visando colocar ordem naquela grande comunidade, como se a Rocinha fosse o melhor dos mundos e não precisasse de uma UPP, ou várias.

O resto é o resto e foi debitado na conta da excitação dos focas e repórteres que repetiam, à exaustão, as mesmas notícias e as TVs reprisavam as mesmas cenas. O Brasil em pânico e o carioca na praia, aproveitando o domingo de sol.

As favelas sentindo o gostinho da cláusula pétrea da Constituição que dá a todos o direito de ir e vir... Sem pagar pedágio.

Muito político vendo seus currais eleitorais virarem fumaça... De pólvora.

E um Oscar para a Edith Head global que desenhou os elegantíssimos coletes a prova de balas com que os globais se apresentaram na frente da Batalha de Itararé!

E isso é só o começo.

No Rio de Janeiro existe milhares de favelas pedindo PAZ!

*Mineiro, autor de A MINEIRICE e outros livretes, reside na Restinga de Piratininga/Niterói, onde é Inspector of Ecology da empresa Soares Marinho Ltd. Quando o serviço permite o autor fica na janela vendo a banda passar.