1.-
La oposición fracasa estruendosamente en sus intentos de derrocar al
Presidente de Venezuela. Ensaya la pertinaz campaña de prensa, los sermones de
una jerarquía eclesiástica engreída, la conjura económica de los amos del país,
el alzamiento militar.
Las revueltas causan enormes daños económicos, pero el Presidente y
los voluntarios que siempre acuden a defenderlo las derrotan y consolidan la
indoblegable política nacionalista.
2.-Una oposición apátrida derrotada acude irremisiblemente a la
intervención extranjera ¿Los acorazados y los proyectiles de los imperios le
entregarán el poder que sus fuerzas le negaron a sus ansias?
Los leguleyos preparan el camino a bombas y marines con trampajaulas
jurídicas. Empresas transnacionales agitan reclamaciones exageradas contra
Venezuela. Sus aspiraciones son tan descabelladas, que en sus contratos de
interés público con el Estado exigen omitir la cláusula del artículo 149 de la Constitución, según la cual
“las dudas y controversias que puedan suscitarse sobre su
inteligencia y ejecución, serán decididas por los tribunales venezolanos y
conforme a las leyes de la República,
sin que puedan tales contratos ser, en ningún caso, motivo de
reclamaciones”
Así pretenden arrastrar a Venezuela ante tribunales y árbitros foráneos que ignorarán nuestras
leyes. La sentencia del juez extranjero es el prólogo del
bombardeo.
3.-En su columna de El
Resumen, Simón Barceló denuncia que la falta de tal cláusula “mañana puede
ensangrentar a Venezuela o exponerla a vejámenes, gracias a la voluntaria
omisión del artículo 149 de la
Constitución”. Y en efecto, el gobierno alemán participa al de Estados Unidos
que “se considerará si es suficiente medida de coerción el bloqueo de los dos
puertos venezolanos más importantes”. Insolencia a la cual responde en 1902
nuestro canciller López Baralt que “legislar sólo para los naturales y dejar
abierta a los extranjeros la práctica de un derecho especial, ejercido con la
intervención de los representantes de otros Gobiernos, sería exponer a los
países que están llamados a crecer por efecto de la inmigración, a degenerar en
simples factorías, con mengua de la propia calidad de Estados políticos que
ocupan en el concierto internacional” (Ramón J. Velásquez: La caída del liberalismo amarillo,
p.292).
4.-Para noviembre de 1902 Estados Unidos dirige notas diplomáticas a
Inglaterra y Alemania participando que no se opondrá a que hagan uso de la
fuerza contra Venezuela. Es la señal para que oportunistas como César Zumeta y
Barret de Nazaris propongan pagar a los acreedores asumiendo un nuevo y colosal
empréstito en condiciones aplastantes que significarían la total entrega del
país. Una demoledora campaña internacional de prensa acumula epítetos, injurias,
insultos y falsedades contra el presidente Cipriano Castro. El representante
alemán Von Pilgrim Baltazzi y el inglés Haggard participan al canciller López
Baralt que sus países se han coligado contra Venezuela. Italia se suma a ellos,
esperando recoger los despojos. Un siglo más tarde se agavillarán para destruir
y saquear Libia.
5.-El descubrimiento de América financió la unificación de los Estados
nacionales europeos y los más tempranamente unificados asaltaron el planeta.
Primero España, luego Inglaterra, después Holanda, posteriormente Francia
conquistaron y saquearon territorio tras territorio en América, África, Asia. La
doctrina de la expansión naval fue sistematizada por el estadounidense Alfred
Thayer Mahan en su libro de 1890 The
influence of sea power upon History: “El uso y control debidos del mar no es
más que un eslabón en la cadena de intercambio por la que se acumula la riqueza,
pero es el eslabón principal”. A partir de la guerra de Secesión, Estados Unidos
desarrolló una marina que le permitió desbaratar en 1899 a la flota de España y arrebatarle Cuba,
Puerto Rico, Filipinas. Gracias a escuadras de más de 300 buques de guerra,
Inglaterra domina más de la mitad del mundo a principios del siglo
XX.
6.-Otra cosa sucede con Alemania e Italia, que llegaron tardíamente a la
unificación nacional. Al tratar de expandirse encontrarán un mundo ya colonizado
por otros. Eso significa que no tendrán las colonias ni las materias primas ni
los mercados para desarrollarse hasta el nivel de potencias hegemónicas. Su
tentativa para lograrlo en competencia con los imperios ya instalados le costará
a la humanidad dos Guerras Mundiales. A fines del siglo XIX el contralmirante
Alfred von Tirpitz comprende que Alemania será estrangulada económicamente, y
convence al Reichstag para construir 69 fortalezas flotantes. El Káiser Wilhelm
II se entretiene dibujando minuciosos modelos de acorazados con los que sueña
romper el encierro del mar Báltico y conquistar colonias germánicas. Las
fábricas de acero del Ruhr se afanan fundiendo cañones y planchas para los
cascos blindados. Pero el globo ya está repartido entre los imperios: para
evitar la guerra entre ellos, deben intentar la rebatiña de América Latina,
desafiando la doctrina Monroe. Para ello, Alemania pacta el improbable
agavillamiento con Inglaterra y acepta la rastrera colaboración de Italia. Y a
principios de diciembre de 1902, la formidable flota coligada de quince
acorazados avista Venezuela. Esperan arrasar y repartirse el pequeño e indefenso
país, y si nada los detiene, el resto de América Latina.
Son sucesos de perenne actualidad, que algún día veremos en una
película del maestro Román Chalbaud, que hace más de dos años espera el inicio
de su producción.
PESADILLA CON
PETRÓLEO
En la estación de gasolina de la gran potencia repentinamente un
surtidor comienza a llenar el tanque con sangre. Surtidor tras surtidor de alto
octanaje sangra glóbulos rojos. Lo mismo sucede con las grandes mangueras del
combustible diesel y con las latas de aceite que una vez perforadas derraman
líquido encarnado. Pasa igual con los tanqueros cuyos depósitos sólo contienen
un plasma bermejo. El oro rojo llena oleoductos y contamina derivados. Los
orificios del gas de la calefacción sangran líquido rubí y poco a poco la
contaminación misma del cielo sobre los rascacielos toma un tono carmesí que
llueve gotas purpúreas. Casi no hay maquillaje que no contenga petróleo y todos
dejan sobre los rostros cuajarones colorados. También los plásticos del moblaje
y los tejidos sintéticos de las ropas y el asfalto de las vías y el caucho
artificial de empacaduras y neumáticos morosamente enrojecen, palpitan. En los
tanques de aeroplanos y bombarderos el combustible se hace viscoso y deja en las
nubes estelas purpúreas. Las medicinas químicas los condimentos artificiales los
colorantes sintéticos del papel moneda se convierten en los fluidos vitales
derramados para robarlos, ante la indiferencia de la mayoría de los consumidores
que se acostumbran o quizá han estado siempre acostumbrados hasta que poco a
poco la gran potencia deja de palpitar coagulada en el último diluvio de
sangre.
PESADILLA CON
PARAFINA
La gran potencia sin petróleo con sus super armamentos asesina a los
pueblos de los pequeños países para robarles los yacimientos de petróleo, sin
creer los rumores de que disponen del arma para aniquilar a la gran potencia, la
cual inunda sus oleoductos refinerías maquinarias vehículos con el petróleo
robado, cuando repentinamente llega la noticia de que poco antes de la guerra
fue sustraída de los laboratorios israelíes la bacteria que devora petróleo y
derivados y los convierte en parafina y apenas los servicios secretos de la gran
potencia se rompen la cabeza para adivinar dónde puede haber ido a parar la
bacteria todos los oleoductos los yacimientos las refinerías las maquinarias las
reservas de la gran potencia y del mundo se paralizan y babean una catarata de
inútil parafina.
PESADILLA CON INVASIÓN
Bloquean tu país, te embargan sus fondos en los bancos
internacionales, te imponen inspectores que verifican que no tienes cómo
defenderte, te bombardean los niños, te masacran las mujeres, te arrasan las
ciudades, roban tu patrimonio histórico, falsifican tu información, insultan tus
costumbres, tu cultura, tu religión, te imponen un gobierno militar de
ocupación, se reparten tus riquezas. Piensas que este Calvario no te afecta
porque le ocurre a otros. Lo que dejaste hacer a tu prójimo te lo haces a ti.
Existe el infierno, y consiste en que en esta vida padeceremos los calvarios a
los cuales pretendimos permanecer indiferentes.
Luis Britto García
PD: Hasta el presente hemos mantenido los blogs y páginas que se mencionan a continuación. Mientras persistan los obstáculos para el acceso a internet que plantea CANTV, sólo actualizaremos el primero:
Versión en
francés, gracias a la inteligente ayuda del amigo Romain
Vallée:Libros de Luis
Britto en Internet:
Enviado pelo autor
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